El momento en que Nacho, como capitán del Real Madrid, subió a la Diosa Cibeles para celebrar el título de Liga fue verdaderamente emocionante para todos los madridistas allí presentes.
Este jugador emblemático del club, cuyo futuro parece estar en duda para la próxima temporada, tuvo la oportunidad de vivir un sueño al encabezar la celebración en uno de los monumentos más emblemáticos de Madrid.
Para Nacho, esta experiencia representó más que simplemente una celebración deportiva. Fue un momento cargado de emoción y significado personal, donde pudo materializar años de dedicación y esfuerzo en el club que ha sido su hogar durante tanto tiempo.
El gesto de colocar la bandera y la bufanda del Real Madrid en la estatua de Cibeles simbolizó su compromiso, lealtad y sobre todo madridismo hacia el equipo de sus amores y sus seguidores.
Llevaba esperándolo mucho tiempo
Aunque se rumorea que Nacho podría estar considerando dejar el club en la próxima temporada, su participación en esta celebración refleja su profundo amor por el Real Madrid y su deseo de seguir contribuyendo al éxito del equipo mientras esté presente.
La expresión de emoción al darle unos besos a Cibeles al final de la ceremonia quedará grabado en su memoria como uno de los más especiales de toda su carrera deportiva: "¿Estar en lo más alto de Cibeles? Le di unos besos, no quería irme", confesaba luego.
Para los aficionados, la imagen de Nacho como capitán en la Diosa Cibeles representa el espíritu y la pasión que define al Real Madrid. Un canterano que lleva toda la vida en el Real Madrid y que representa a la perfección los valores del club.
Aunque el futuro de Nacho en el club pueda estar en cuestión, su legado como parte integral de la historia del equipo perdurará en el corazón de los seguidores madridistas para siempre.