Uno de los aspectos por los que el Real Madrid ha sido muy criticado en los últimos tiempos ha sido el Santiago Bernabéu. El impactante proceso de reforma y remodelación que está experimentando el feudo de Concha Espina no ha pasado desapercibido para nadie y ha levantado una polémica relacionada con su aspecto exterior.
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Estas discusiones acerca del aspecto del nuevo Santiago Bernabéu en horario nocturno, cuando toda la iluminación prevista para los aledaños y las fachadas del edificio esté preparada y en marcha, ha dejado muchos intentos de desacreditar el trabajo que los mandamases blancos liderados por Florentino Pérez encargaron y han estado supervisando con meticulosidad hasta la fecha.
El club blanco, como acostumbra, decidió dejar pasar esta polémica especialmente replicada en redes sociales solo para contestarla casi dos meses después. Florentino Pérez, en el discurso que ofreció en el cóctel con los medios de comunicación, hizo referencia al progreso de las obras del estadio merengue y sus nuevas funcionalidades.
Explicación
Apenas dos días después, MARCA publica una información en la que desvela el 'truco' que se implementará en el Santiago Bernabéu para que el aspecto final del estadio blanco sea lo más parecido posible al que se ofreció al madridismo en los render e imágenes 3D que tanto se han usado de comparación.
Con el objetivo de solucionar los 'problemas' que muchos resaltaron acerca del aspecto del feudo blanco por la noche, con la iluminación, el Real Madrid ha decidido colocar un fondo gris detrás de la famosa 'piel' metálica que recubre la antigua estructura del estadio de Concha Espina para opacar las tan criticadas 'filtraciones'. Asimismo, se recuerda que la iluminación que hay instalada actualmente es provisional: todavía no se han terminado las reformas en el feudo merengue.
Este es un nuevo ejemplo de la estrategia habitual del Real Madrid: alejarse de los rumores y ofrecer certezas a sus seguidores. La modificación de la política comunicativa del club blanco, de unos años a esta parte, ha ahorrado más de un disgusto a la entidad merengue en beneficio del desarrollo de sus propios planes y la tranquilidad de un madridismo que sigue confiando en los ocupantes de las oficinas de Valdebebas.