Simeone cruza la línea, ojo a lo que suelta sobre Courtois tras el incidente del derbi: lamentable

El técnico argentino acusó a Courtois de incitar a los comportamientos violentos en el terreno de juego

A. Fernández
30 de Septiembre de 2024
Simeone cruza la línea, ojo a lo que suelta sobre Courtois tras el incidente del derbi lamentable

Las declaraciones de Diego Simeone tras el derbi madrileño han dejado mucho que desear. "¿Courtois? Si provocas a la gente, se enfada. Puedes celebrar el gol, pero no mirando a la grada ni haciendo gestos", afirmó el técnico rojiblanco en un intento de justificar lo injustificable.

Resulta preocupante que Simeone, en lugar de condenar de manera rotunda la agresión sufrida por Thibaut Courtois, prefiera señalar al portero del Real Madrid como responsable de la violencia desatada por algunos aficionados.

El contexto no podía ser más claro: tras el gol de Militao, Courtois celebró con un gesto hacia la grada sur del Metropolitano, momento en el que la tensión escaló rápidamente. Comenzaron a llover mecheros y otros objetos desde las gradas, en un claro intento de agresión que obligó a Mateo Busquets Ferrer a detener el partido.

El árbitro, en una decisión valiente y acertada, llevó a ambos equipos a vestuarios para calmar la situación. Sin embargo, la respuesta de Simeone parece poner en el foco a la víctima, en lugar de a los agresores.

Ausencia de valores

¿Qué tipo de mensaje transmite un entrenador cuando señala a un jugador por "provocar" con una simple celebración, en lugar de condenar la violencia de su afición? Esta actitud, lejos de pacificar el ambiente, alimenta una narrativa peligrosa: que los actos violentos pueden justificarse por las acciones de los jugadores. Courtois no hizo más que celebrar un gol en un estadio donde ya había sido agredido antes, cuando su placa fue vandalizada antes del partido.

Simeone, como líder y figura del Atlético de Madrid, debería haber tomado una postura firme contra cualquier tipo de violencia. En lugar de eso, ha optado por desviar la atención hacia Courtois, un comportamiento que ni el fútbol ni la ética pueden permitir.