Ganar la final no podía traer mejores resultados. Confianza plena en este equipo y a esperar para lo que resta de temporada en vista al otro posible gran premio, la Champions. El vestuario ya se ha colocado en la mentalidad ganadora, el de las noches grandes, y ya parecen imparables.
Aún así, llegar hasta aquí no ha sido fácil. El equipo ha tenido que trabajar mucho y fuerte y estos no han parado de remar a contracorriente si cabe. La exigencia del calendario cada ves hace más mella y las continuas quejas de Florentino, Ancelotti o hasta de los propios jugadores, ya no son casualidad.
La responsabilidad del madridismo
Que el mensaje sea trasladado desde esas dos primeras esferas, podría llegar a entenderse visto que son los encargados para hacerlo, pero de venir la protesta de un jugador de campo huele algo raro ya.
El duelo ante Osasuna les llevó al límite. A pesar de ir por delante en el marcador todo el tiempo, estos debieron auto exigirse de nuevo al máximo para retomar la ventaja en el marcador y mantener la intensidad del partido.
Aunque si solo fuera por eso, parece que la fatiga de viajes, la carga de trabajo y la confianza depositada de Ancelotti, ha llevado al límite a algunos, pero no a unos cualquiera.
Fede Valverde, al límite
Las miradas van dirigidas hacia un Fede Valverde que ayer se ponía delante de los micrófonos y respondía con sinceridad y abiertamente. Este no escondía su cara de satisfacción, pero evidenciaba algún desgastes físico no previsto.
Lo normal en él, sería pensar que le toca reposar y seguir, pero muchos sectores temen que esto ahora se pueda traducir en un bajón o derivar en una lesión. El madridista no deja de ser uno de los hombres más utilizados por el italiano.
Fijo en su esquema, sabe lo que necesita el equipo en cada momento. De ahí a que su presencia sea vital. El charrúa le aporta de todo al equipo: desde equilibrio, garra, consistencia y potencia. Ya nadie se imagina un once sin él, y sus ausencias son reveladoras.
Sin embargo, Ancelotti advertía en la rueda de prensa previa a la final, que no sería descabellado pensar que podría poner a los mismos once valientes de inicio contra el City. En esa tesitura, Fede, juega un papel fundamental y es que no deja de ser el termómetro del medio campo.
El planteamiento frente al City
Las bajas de Militao, por sanción, y Ceballos por lesión, sumado a las dudas con Modric que ayer tuvo minutos, no hay muchas más opciones en el eje. Formando pareja con Kroos y Tchouameni si Camavinga sigue por la izquierda, el planteamiento es fácil.
La propuesta no se debería catalogar de suicida visto que esto es el Real Madrid y estamos hablando de Fede Valverde, pero quién sabe. La confianza en el jugador es plena y no hay motivos para dudar de él.
Su poderío físico con 24 años es determinante, siendo capaz de resolver todo tipo de partidos. Veremos si Carlo le habrá escuchado.