Hace un par de veranos, todos los focos se centraron en Bellingham. El Real Madrid competía por el fichaje del británico, conscientes de que era la gran estrella que no se podía escapar. Tras su buena temporada en el Dortmund, fue nombrado mejor jugador de la Bundesliga y estuvo a punto de conquistarla, era el momento de hacerse con sus servicios.
Sin embargo, la Premier apretaba fuerte por él. Sabían que sus padres eran partidarios de regresar a Inglaterra, donde además estaba jugando su hermano Jobe, y el Liverpool partía con ventaja para lograr convencerlo, ya que la oferta que le pusieron encima de la mesa era superior a la que le habían trasladado desde el Bernabéu.
Sin embargo, y contra todo pronóstico, acabó inclinándose por el conjunto blanco. En vez de regresar a la Premier, prefirió fichar por el Real Madrid, entre otras cosas porque sabía que iba a dar un paso adelante en su carrera y que la relevancia que tiene en este club no la tiene en ningún otro, pero hubo otro detalle determinante.
Bellingham encantado en Madrid
Aunque regresar a Inglaterra era tentador, Bellingham tenía otra cosa en mente. Y es que, después de haber estado viviendo en Alemania, sabía que en la capital española iba a vivir otra cultura diferente, otro clima, y estaba encantado de las posibilidades que eso le daban. Hasta tal punto que ahora ha desvelado que ese detalle fue fundamental.
Aprovechando el parón de selecciones y que está recuperándose de su lesión, Jude ha sido cazado por el centro de Madrid, en un bar de tapas, pero también en el templo de Debod. No ha tardado mucho en adaptarse a una ciudad en la que lleva poco más de un año, pero que fue determinante para su decisión.