La hipocresía en el mundo del fútbol se hace cada vez más evidente, y el último episodio protagonizado por los comentaristas Carlos Martínez y Axel Torres es un claro ejemplo de ello. La controversia surgió durante la pasada temporada cuando Mikel Oyarzábal fue objeto de un penalti tras una falta cometida por Íñigo Martínez y Jules Koundé del FC Barcelona.
En aquel momento, los comentaristas no dudaron en minimizar la acción, alegando que "no hay nada" en la jugada, tratando de restar importancia a un claro penalti que dejó a los aficionados atónitos. Sin embargo, la doble moral de Martínez y Torres salió a la luz nuevamente durante el partido de esta jornada del Barça contra el Sevilla.
En una jugada prácticamente idéntica, donde un jugador del Sevilla realizó un contacto similar al que había ocurrido en la falta sobre Oyarzábal, los comentaristas no titubearon en asegurar que el contacto era suficiente para sancionar un penalti. "Vamos a ver abajo en las piernas... sí, sí, se lo lleva con la rodilla por delante", afirmaron, cambiando completamente su narrativa y dejando en evidencia su parcialidad.
Y así es como se manipula una retransmisión.
— CD Ciudad De Zamora (@CdCiudadDZamora) October 21, 2024
Axel Torres y Pelopincho al servicio del tinglao una vez más.
Lástima que el resto de clubes de España no se atrevan a alzar la voz. pic.twitter.com/4d7R4855Yi
Falta de imparcialidad
Este montaje de las dos jugadas, que se ha viralizado en las redes sociales, pone de manifiesto la falta de credibilidad de estos comentaristas, que parecen más interesados en favorecer al Barça que en ofrecer un análisis objetivo y justo del juego. La actitud de Martínez y Torres no solo es deshonesta, sino que también desvirtúa la esencia del deporte, que debe basarse en la imparcialidad y la justicia.
La afición no es tonta y está cansada de este tipo de actitudes que fomentan una narrativa sesgada y que solo benefician a ciertos equipos. Es un recordatorio de que, en el mundo del fútbol, las opiniones pueden estar influenciadas por intereses personales, y la credibilidad de los comentaristas se desmorona cuando sus palabras son contrapuestas en situaciones similares. El vídeo que ha salido a la luz es solo una muestra más de la hipocresía que permea en LaLiga, y los aficionados merecen mucho más que esta doble moral.