El Real Madrid jugará en esta edición su semifinal número 32 de su historia. El equipo blanco es el club con más trofeos de estas características y es que ya suma 14, aunque a la postre dicha cifra puede seguir aumentando de conquistar la de la presente edición en Estambul.
Se ha hablado mucho ya de esta oportunidad y es que ya son 11 semifinales en los últimos trece años. Un dato que coloca a los de Chamartín entre los cuatro mejores equipos europeos durante más de una década. Esa facilidad para afrontar dicho recorrido es puro mérito de un equipo prácticamente hecho a medida.
El mérito del club blanco
Equipos como Atlético o Stade de Reims ya los ha conseguido derrotar dos veces en diferentes finales, siendo estos los equipos más repetidos. El equipo merengue vuelve a defender el título como vigente campeón y en sus manos está volver a revalidarlo.
Zinedine Zidane ya lo consiguió hasta tres veces y Carletto va camino de la segunda consecutiva, tercera en este caso con el Real Madrid. Casi con los mismos jugadores, el bloque humano de este vestuario ha sabido adaptarse a todo tipo de circunstancias.
Veloces como flechas, con visión de juego y contundencia en el área se han medido ante todo tipo de rivales y ninguno, hasta el momento, ha conseguido hacerles sombra.
De hecho, uno de los grandes ejemplos ha sido la edición de la temporada anterior con todo tipo de impedimentos y remontadas que se convertían en hitos históricos y hacían de ese recorrido algo memorable. Son diecisiete veces las que han superado la barrera de semifinales y solo han perdido tres de partidos decisivos.
Las prestaciones del madridismo
Especialistas en ocasiones de este calibre, nadie ha sabido manejar la presión tan bien como ellos. Son siete los entrenadores que han conseguido este preciado título y no es casualidad que muchos de ellos hayan repetido hito. El italiano, Carlo Ancelotti, va camino de su tercera y no parece que le tiemble demasiado el pulso.
Ser campeón de Europa es un privilegio único del que solo un grupo selecto puede presumir. Es en el Real Madrid dónde conviven los mayores ganadores de este trofeo. En la plantilla son muchos los jugadores que ya han ganado este trofeo y eso solo hace que aportarles experiencia.
Su competición fetiche siempre será respetada por orden de prioridades y esta ocupa un lugar capital en la historia del club. Todas tienen su propia historia y cada cuál es más especial que la otra. Nunca falla.
Veremos qué ocurre en la presente campaña. Las semifinales se estrenan en el Bernabéu y el equipo deberá resolver la eliminatoria a domicilio. Tras superar a rivales como: Liverpool o Chelsea ahora es turno para el tercer inglés. Veremos qué ocurre entonces.
Las prestaciones del equipo inglés no son las mismas que temporadas anteriores y es que ya no es aquel equipo sólido y que asombra mucho miedo. Noventa minutos en el Bernabéu son muy largos y este equipo ya le tiene cogida la matrícula desde hace mucho tiempo.
El sentimiento madridista
Ganar la Champions es la ilusión para este equipo. Son los aficionados los que esperan que suene el mítico himno de la competición para darse cuenta que el ruedo vuelve a empezar. La Liga pasa a casi un segundo plano en condiciones normales y eso centra todos los esfuerzos a una sola carta.
Por ahora, la apuesta no le ha salido nada mal y es que casi todos los años han conseguido llegar vivos hasta el término de la campaña. El público merengue es uno de los más exigentes que existe y estos no perdonan. Por ello, la afición se pone como se pone cuando se trata de animar.
Casi actúa como el jugador número doce que viene a ser fundamental para llevar a todos los jugadores en volandas. Pensar que dicho hito es casualidad es no entender al madridismo. Si no eres madridista, nunca lo vas a llegar a entender. Así se explica su historia.
Capaces de sobrevivir agonizando, se comportan como auténticos equilibristas debatiéndose entre la vida y la muerte. Aunque parece que tienen truco: la moneda siempre cae del lado bueno. El madridismo ha creado un monstruo incontrolable y estos están prácticamente desatados.