El movimiento en las oficinas de Valdebebas está indudablemente dirigido a reforzar la plantilla para la temporada 24/25. Los esfuerzos de la junta directiva liderada por Florentino Pérez se centran en definir una lista de futuribles para el próximo mercado de traspasos que les acerque al objetivo de completar el relevo generacional en la primera plantilla.
Sucesor a la altura
Ciertos informes de Juni Calafat podrían haber ayudado mucho más de lo que se piensa: el jefe del scouting madridista ha dejado caer en las últimas horas el perfil de un central que ha pasado desapercibido pero cuya progresión ilusiona y mucho a los pocos clubes de la élite futbolística europea que siguen su carrera con gran interés: se trata de Gonçalo Inácio.
Con la aparición estelar de Josko Gvardiol y su gran rendimiento en el Mundial de Qatar 2022, la figura de este central zurdo del Sporting de Portugal ha pasado todavía más desapercibida, pero los ojeadores de otros clubes grandes consideran que podría ser una buena adición a sus plantillas: con tan solo 22 años muestra la jerarquía y las cualidades de un central de élite. El parón internacional le ha servido para consagrarse como uno de los nuevos líderes de Portugal.
Aunque todavia no tiene mucho rodaje en los grandes escenarios del fútbol continental, sus virtudes más destacadas son la contundencia defensiva y el manejo de la pelota: Inácio tiene buena salida de balón y es capaz de alternar entre la construcción del juego desde atrás, conectando con los centrocampistas, y el envío de balones largos para que los delanteros los 'peleen' con la zaga rival.
El único 'problema'
Aunque Inácio haya renovado su contrato con el Sporting de forma reciente, Florentino Pérez considera que el Real Madrid podría tener alguna opción de hacerse con los servicios de Gonçalo Inácio si presenta una oferta apropiada para dar continuidad al proyecto deportivo de jóvenes estrellas que ha realizado en otras zonas del campo. Las primeras estimaciones de Juni Calafat cifran el traspaso en 60 millones de euros, una cantidad que se podría intentar rebajar hasta los 50 millones de euros para que el impacto en las arcas del Santiago Bernabéu no sea tan elevado.