Uno de los eventos más llamativos en clave Real Madrid de los últimos días ha sido la concatenación de renovaciones vividas en las oficinas de Valdebebas. Varios de los jugadores más importantes de la plantilla blanca están ampliando sus contratos a pesar de que la mayoría de los 'elegidos' por la junta directiva merengue no están en el punto de mira de los equipos de la élite futbolística europea.
No son sus compañeros de las competiciones europeas lo que 'temen' los ocupantes de la planta noble del Santiago Bernabéu. Los mandamases merengues saben que sus jugadores pueden resistir la 'tentación' de marcharse a la Premier League por muy elevadas que sean las ofertas económicas: uno de estos ejemplos es el de Jude Bellingham, quien eligió Real Madrid a pesar de que cobraría mucho menos que en Liverpool o Manchester City.
Más cerca de lo que parece
Sin embargo, el cambio radical de estrategia en las renovaciones de las jóvenes estrellas que tiene el Real Madrid en plantilla se debe a una 'amenaza' de reciente aparición que los directivos liderados por Florentino Pérez se toman muy en serio y ante la que quieren protegerse a toda costa: Arabia Saudí.
La injerencia del fútbol de este país en los asuntos europeos, fichando a sus jugadores más veteranos durante el pasado mercado de verano, ha hecho que la cúpula blanca se ponga en marcha para 'blindar' a los futbolistas esenciales para el nuevo proyecto deportivo que se avecina, evitando así un traspaso multimillonario en dirección a Arabia Saudí.
Medidas extremas
La contratación de Gabri Veiga hace menos de tres meses fue la prueba definitiva de que Arabia Saudí no solo está interesado en los veteranos de los clubes de élite del Viejo Continente, sino que también podría fichar a sus jóvenes estrellas si no están debidamente 'protegidas' contra su elevado potencial económico.
De ahí que el Real Madrid haya tomado la decisión de reforzar en dos sentidos los contratos de los futbolistas más llamativos para los mandamases saudíes. Colocando vínculos muy largos en el tiempo y con una cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros, se evita que futbolistas como Vinícius, Camavinga o Fede Valverde dejen atrás el Santiago Bernabéu después de haberse consolidado como el presente y el futuro a largo plazo del Real Madrid.