Jürgen Klopp tiene pesadillas con el Real Madrid cada vez que acude al mercado. En el verano de 2022 se daba por hecho el fichaje de Aurelièn Tchoaumèni por el Liverpool. Pero el Real Madrid apareció en el último momento y concretó la operación por 80 millones más 20 en variables con el AS Mónaco. Lo mismo le ocurrió este pasado verano con Jude Bellingham.
Todo hacía indicar que el futbolista había decidido jugar en su país, y elegir la mejor liga del mundo actualmente, como es la Premier League, para continuar su carrera deportiva.
Eso hizo que muchos lo colocasen en el Liverpool o el Manchester City, sin embargo, tanto Klopp como Guardiola se quedaron con las ganas de tener al mejor jugador del mundo en este momento.
Klopp quiere fichar a Rodrygo ante la posible marcha de Salah, como su sustituto perfecto
Ahora el técnico alemán se ha marcado un nuevo objetivo, y pertenece al mismo club que le birló sus dos fichajes estrella para la medular. Rodrygo es un jugador que le encanta al entrenador del Liverpool, y a muchos otros en el fútbol europeo.
Pese a no estar en su mejor momento en este inicio de temporada, es un futbolista que ha demostrado sobre todo en la Champions League, que está hecho para ser un gran referente del fútbol mundial en la próxima década.
Nadie discute su tremenda calidad, pese a que hasta ayer sumaba 12 partidos consecutivos sin ver puerta, tras su gol en Bilbao en la primera jornada de liga. El brasileño no está dando su mejor versión, pero ayer conseguía el primer tanto del Real Madrid en Braga tras asistencia de Vini Jr, y solo es cuestión de tiempo que muestre todo su talento, la temporada que por primera vez iniciaba como titular indiscutible.
El Real Madrid no dejará marchar a Rodrygo ni por 80 millones de euros
El club blanco no piensa deshacerse de Rodrygo, ni por los 80 millones de euros que está dispuesto a desembolsar el Liverpool, que serían 30 más de los que costó cuando el club madridista lo fichó del Santos. Una inversión que amortizó con los goles ante Chelsea y City en las remontadas que sirvieron para clasificar al equipo blanco para alcanzar la decimocuarta Champions, ganando precisamente en la final al Liverpool de Klopp.