Florentino Pérez no pierde de vista la plantilla del Manchester City. La entidad sky blue fue totalmente arrolladora durante el curso pasado gracias a sus buenos jugadores, algunos que interesan y mucho en las oficinas de Valdebebas. Más allá de los 'deseados' confirmados como Erling Haaland o Julián Álvarez, un interés que surgió en los días finales del mercado de traspasos del verano pasado, hay un 'tapado' que tiene opciones de vestir de blanco.
Más de las que parece, ya que Pep Guardiola estaría buscándole un reemplazo desde ya a pesar de haber renovado hasta 2028. La extensión de contrato de Bernardo Silva no implica que el '20' luso haya desechado por completo la idea de salir del Etihad Stadium. Por ello, los representantes de la estrella portuguesa pactaron con los directivos mancunianos una cláusula de rescisión de 50 millones de euros.
Movimiento sorpresa
Esta cifra sería asequible para el Real Madrid, que entraría por sorpresa y con fuerza a hacerse con los servicios de Bernardo Silva ante la llegada al Manchester City de una de las estrellas jóvenes del PSG: Warren Zaïre-Emery. El actual centrocampista del PSG 'sobrevivió' al paso de Christophe Galtier por el banquillo del Parque de los Príncipes y se ha convertido en esencial para las disposiciones tácticas de Luis Enrique.
Su crecimiento como futbolista ha provocado que Guardiola esté más pendiente de él que de costumbre, lo que coloca a Bernardo Silva en una posición algo frágil respecto de su futuro en la entidad mancuniana: sabe que el entrenador catalán apostaría antes por Zaïre-Emery que por él.
Intercambio que beneficia a (casi) todos
Esta carambola sería posible, según informan desde los portales digitales Fichajes.com y 90Min, siempre y cuando el interés del Manchester City se haga efectivo y lancen una oferta de traspaso por el '33' galo. Esta situación no parece estar cerca de producirse porque Zaïre-Emery no se plantea salir del Parque de los Príncipes, pero el Real Madrid sigue de cerca la posibilidad de fichar a Bernardo Silva, un mediapunta de élite, por una cantidad irrisoria comparada con los 90 millones de euros que exigían al propio PSG o al Barça en el último mercado de pases hace apenas tres meses.