Uno de los nombres en clave Real Madrid más notorios es el de Zinédine Zidane. El exentrenador merengue ha regresado a la primera línea de la rumorología blanca gracias al debate que se ha instalado en torno a la posible sucesión de Carlo Ancelotti al frente del banquillo del Santiago Bernabéu.
Muchos consideran a Xabi Alonso como el favorito, y algunos periodistas apuntan a que 'Zizou' quedaría por detrás incluso de antiguos entrenadores madridistas que estuvieron antes que él en la disciplina blanca. Sin embargo, resulta casi imposible apartar su nombre de la órbita del banquillo blanco por muchas informaciones, especulaciones o rumores que surjan cada día.
Sorpresón de última hora
Aunque sean 'fichajes' exprés y que sorprenden porque están hechos en el último minuto. Zidane ha llamado la atención de todo el mundo cuando ha aparecido en sus redes sociales con una llamativa camiseta: la del Marbella FC, club andaluz de las categorías inferiores del fútbol español y que ha fichado a Zidane tan solo de cara a la galería.
Con motivo de la visita del exmediapunta francoargelino a esta ciudad andaluza, gran punto de concretación de turistas y diferentes negocios relacionados con el sector servicios, ha sido el propio Zidane quien ha protagonizado una instantánea ya inmortal que se ha vuelto viral y ha corrido como la pólvora por las redes sociales.
Su paso por el restaurante El Gamonal ha dado pie a esta curiosa escena en la que Zidane sostiene una camiseta del Marbella FC, entregada por Antonio Romero, uno de los gerentes de esta casa de restauración. Sin embargo y para tranquilidad de algunos madridistas, Zidane sigue estando disponible para ser el entrenador del Real Madrid si la junta directiva lo considera necesario.
Más claro que nunca
El francés parece tener el único deseo de regresar al Santiago Bernabéu, puesto que ha dejado en el camino posibles ofertas de PSG o Juventus. Incluso rechazó el último acercamiento directo del Olympique de Marsella, un club con el que tiene una gran conexión emocional y que le ofrecía la friolera de 20 millones de euros brutos para que intentara recomponer a nivel deportivo al histórico club galo.