Kepa Arrizabalaga y Andriy Lunin, ambos pendientes de su futuro. Los dos guardametas viven una situación diferente pero similar. Hace unas semanas, el portero vasco abandonaba la disciplina blanca para regresar a Londres. Su etapa en el Santiago Bernabéu parecía haber acabado, pero todavía puede regresar.
Mientras, Andriy Lunin, que ha sabido estar por delante de Kepa Arrizabalaga durante gran parte de la temporada, está planteándose su salida del conjunto merengue. El ucraniano aún no ha firmado su oferta de renovación y los rumores sobre su marcha cada vez son más y más intensos.
EL GUIÑO DE KEPA AL REAL MADRID
Hace ya unos días pudimos ver a Kepa Arrizabalaga en el Santiago Bernabéu disfrutando, junto a sus seres queridos, de 'La Velada del año IX'. Ahora, aprovechando el cumpleaños de Fede Valverde, el guardameta ha querido tener un bonito detalle con su compañero.
A través de su perfil de Instagram, el guardameta ha felicitado al mediocampista uruguayo por su vigesimosexto cumpleaños. "Feliz cumpleaños, amigo", escribió Kepa Arrizabalaga. Además, en la foto se puede ver a ambos futbolistas, con la camiseta del Real Madrid, fundiéndose en un abrazo.
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— Madrid Xtra (@MadridXtra) July 22, 2024
DISPUESTO A ESPERAR
El guardameta vasco tiene cartel en el mercado. Hace pocos días, Kepa Arrizabalaga ya recibió varias ofertas procedentes de Arabia Saudí. El gigante de Oriente querría contar con sus servicios a cambio de una buena suma de dinero, pero la prioridad del ex del Athletic Club no es otra que volver al Santiago Bernabéu.
Kepa Arrizabalaga sabe con total seguridad que no permanecerá en el Chelsea. El conjunto inglés le está buscando una salida inmediata, pero él está esperando a ver lo que ocurre con el futuro de Andriy Lunin en la Casa Blanca.
De esta forma, si sale el ucraniano, el Real Madrid iría a por Kepa Arrizabalaga sin ninguna duda. Por su parte, Carlo Ancelotti cree que se adaptaría perfectamente al rol de suplente de Thibaut Courtois, sobre todo porque no ha dado ningún problema en el vestuario pese a verse relegado a una tercera posición bajo los palos de la meta blanca.