
Mastantuono se pone un techo casi inalcanzable en el Real Madrid: Es un honor
El argentino tiene un inicio de carrera con muchas similitudes a la de Alfredo Di Stéfano y siente que debe seguir su ejemplo
Franco Mastantuono ya está en Madrid. Llega con la maleta cargada de ilusión, el acento argentino intacto y unas palabras que resumen la magnitud del paso que acaba de dar: “Seguir el mismo camino de Don Alfredo Di Stéfano es un orgullo”.
No es una frase cualquiera. Es una declaración de intenciones. La joven perla de River Plate aterriza en el Real Madrid con ganas de hacer historia.
De momento, tendrá que esperar unos días para vestirse de corto. Hasta que cumpla los 18, el próximo 14 de agosto, no podrá entrenar con el primer equipo. Pero eso no significa que esté quieto: se instalará, conocerá Valdebebas por dentro y empezará a empaparse del ADN blanco.
Camino compartido con una leyenda
El vínculo con Di Stéfano no es una casualidad. Ambos salieron de River Plate, ambos jugaron en el Monumental siendo muy jóvenes, y ahora comparten escudo.

Mastantuono será el decimocuarto jugador en la historia en vestir las camisetas de River y del Madrid. Nombres como Higuaín, Saviola, Solari o Ruggeri ya lo hicieron antes. Pero el eco de Alfredo es diferente, es único.
El propio Mastantuono lo tiene presente y sabe que seguir sus pasos es casi imposible, pero eso no le impide soñar. Llegó a River con solo 12 años, en 2019. En 2023 firmó su primer contrato profesional, y apenas un mes después ya entrenaba con el primer equipo.
En enero de 2024 debutó oficialmente. En febrero, con 16 años y cinco meses, se convirtió en el goleador más joven de la historia del club. En abril, en pleno Superclásico, clavó un golazo de falta a Boca que dio la vuelta al mundo.
Un reto enorme pero posible
Ahora le toca adaptarse al mayor desafío de su corta carrera: triunfar en el Real Madrid. No será fácil, ya que la competencia es feroz, y en los últimos años muchos jóvenes han necesitado tiempo para consolidarse. Rodrygo, Camavinga, Güler o el propio Endrick, que este año afronta su segunda temporada, lo saben bien.
Pero Mastantuono llega con la idea de hacer como Bellingham: entrar y rendir. La lesión del inglés, operado del hombro, le deja un hueco inesperado en el centro del campo. Y el argentino no quiere desaprovecharlo.
Tiene calidad, personalidad y el hambre de los grandes. Y si le sumamos que su nombre ya se pronuncia en la misma frase que el de Di Stéfano todo está dicho.
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